miércoles, 6 de octubre de 2010

Madrid, 6 de octubre de 2010


Yo, en verdad, nada sé acerca de la inteligencia política de Zapatero, ni tampoco sé si tiene el poder, en la estructura de su partido, como le atribuye la prensa y sus opositores. Lo que me doy cuenta es que casi nadie habla bien de Zapatero y menos que menos de su inteligencia política.
Un ejemplo caliente: las primarias en la Comunidad de Madrid para ver quien se enfrentará a Esperanza Aguirre.
Según los periódicos y la mayoría de los programas (tertulias-basura) de las televisiones, veían a Zapatero acabado y a toda la directiva del PSOE peleados entre sí.
Desde el PP se anunciaba la agonía de Zapatero y se negaba que tuvieran ellos mismos problemas, en Asturias, donde los militantes del PP no quieren al candidato elegido a dedo por Rajoy; o en Valencia, al borde del infarto cerebral por la corrupción; o el nuevo caso de corrupción en Murcia, que el tonto de Rajoy llegó a decir que Rubalcaba hacía publicidad de la corrupción del PP en Murcia para tirar una cortina de humo sobre las primarias del PSOE en Madrid. Como si las elecciones democráticas y libres fueran una cosa mala y la corrupción una cosa buena.
A mí me parece, y esto es una opinión personal, que los del PP están algo tocados del cerebro y no tienen asesores.
Psicoanalizarse sería lo mejor para todos los dirigentes del PP pero no sé si encontrarán algún psicoanalista tan valiente que se anime a enfrentarse con tanta enfermedad.
Para no darle más vueltas al asunto, mis pensamientos sobre las primarias del PSOE son las siguientes:
Toda la dirección del partido, Zapatero a la cabeza, decidieron que Tomás Gómez ganara las primaras y de esa manera la ministra seguiría en su cargo, que bastante bien lo está haciendo, y Tomás Gómez sería reconocido como un político serio y digno de la presidencia de la Comunidad.

Miguel Menassa
al borde de no recibir el Premio Nobel de Literatura

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