domingo, 29 de marzo de 2009

Dibujo de Miguel Oscar Menassa


DIBUJO 1.989
24-10-08
(www.momgallery.com)

martes, 17 de marzo de 2009

PASÓ HACE VEINTE AÑOS

ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO
ACTA DE FUNDACIÓN (Junio de 1981)

Después de cinco años de práctica psicoanalítica en Madrid, desde nuestra entrada en agosto de 1976, tomamos la decisión, por primera vez en el contexto de lo que se llama Grupo Cero Internacional (Buenos Aires, Madrid, Cali, Israel), de fundar la PRIMERA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO.

Decisión que nos costó dos largos años de conversaciones y se fundamentó en la necesidad de que la práctica de la gran mayoría de los psicoanalistas y psicoterapeutas en Madrid, rectifique los errores que comete o que enseña a cometer. Y no sólo por la carencia de los conceptos teóricos psicoanalíticos sino, también, por la falta de límites que precisamente fijan estos conceptos.

Queremos decir que sin los límites que la teoría psicoanalítica fija para su práctica técnica, la práctica no sólo deja de ser psicoanalítica, sino que se transforma en una práctica improductiva.
Queremos oponer a la lectura positivista de la obra de Sigmund Freud, que concluye sosteniendo y proponiendo la negación científica del psicoanálisis, una lectura epistemológica tal (materialista) que muestre en su desarrollo productivo, no sólo que el descubrimiento freudiano es de carácter científico (y que lo es por su manera de haber sido producido), sino que siéndolo, pone en cuestión la filosofía (positivista por otra parte) que rige la producción del conocimiento científico.
Y esto no sólo ha de ser una discusión teórica sino, también, una posición política, ya que sabemos, que es precisamente en nuestro medio, Madrid, donde el empirismo ha ganado el corazón de casi todos los gabinetes de psicología y, lo que es mucho peor aún, el corazón de casi todas las escuelas que pretenden la enseñanza del psicoanálisis. Territorio, Madrid, decimos, donde la famosa conciencia ha ganado no sólo la calle, sino también el pensamiento de aquellos que por su función social (ser psicoanalistas) deberían ser verdaderos soldados del inconsciente.
Esto que decimos se puede ver en el psicoanálisis de la casi totalidad de los grupos "psicoanalíticos" de Madrid, donde la lógica de la razón, lleva a la negación del único descubrimiento posible de nuestro siglo, el inconsciente.

Queremos oponer a una práctica descuidada del psicoanálisis, que se practica en casi todos los gabinetes de psicología, o bien a una práctica amanerada e improductiva que practican los viejos psicoanalistas, una práctica donde la verdad del método psicoanalítico en su máxima exigencia de transformar, para ser método psicoanalítico, transforme no sólo la vida del psicoanalizando, sino también y simultáneamente, la vida del psicoanalista.

Volver a Freud, no para encontrar en algún lugar oscuro de su obra algo que se les haya escapado a otros que volvieron, sino volver al Freud de La interpretación de los sueños, para producir en la lectura de ese primer texto de psicoanálisis, el descubrimiento y la manera de producirlo.

No volver a la histeria sino a su fundamento, es decir, la teoría del inconsciente. Volver a Freud, no a cometer el error que él ya cometió, cuando decía que la palabra por ser dicha curaba, sino volver a la teoría psicoanalítica, donde Freud ahora nos dirá, que sin la formación de ese campo singular que se genera en las relaciones psicoanalíticas (y que todos llamamos transferencia) la palabra no tiene acción.

Volver a Freud para producir en sus textos lo que él ya produjo, una teoría que pone en cuestión (y eso no es poco) todo el pensamiento anterior a ella.

En ocasión del Primer Manifiesto del Grupo Cero, en el año 1971, en Buenos Aires (se cumplen 10 años), hablábamos de la importancia de dos textos clavados en nuestra mirada: La interpretación de los sueños, de Freud; El Capital, de Marx; que no quería decir que éramos exactamente marxistas o psicoanalistas por haberlo pronunciado, sino que nuestra mirada, iluminada a la luz de esos dos descubrimientos: la teoría del Inconsciente, la teoría del Valor, leería las teorías presentes en el campo y también las teorías consagradas en ese momento como instrumentos de lectura.

Y pasó, como era de esperar, de todo. Lo que no pudimos, y ahí nuestra insistencia, fue transformar la teoría del valor en dogma (como ocurre en casi todos los paises llamados socialistas y en todos los partidos de izquierda); lo que no pudimos fue transformar la teoría del inconsciente en doctrina (como ocurre en todas las instituciones psicoanalíticas y también, en ciertos grupos marginales, que más que descentramiento, lo que muestran es ignorancia).
Sabemos que muchos, a los que estaba dirigido aquel escrito, viven, trabajan y enseñan en Madrid, lo que quiere decir que nuestra insistencia no sólo tiene el carácter de una repetición, sino más bien el carácter incisivo de una interpretación pertinente para que todo se transforme.

Madrid debe leer a Freud, y esta decisión es la que nos lleva a inaugurar nuestra escuela con un grupo de estudios de la obra de Freud de tres años de duración, a pesar de que los integrantes (miembros fundadores de la escuela) hubieron en su mayoría de realizar este camino, ya que entre ellos el ejercicio de la práctica psicoanalítica oscila entre cinco y veinte años. Madrid debe leer a Freud.

Nosotros vivimos y trabajamos de psicoanalistas en Madrid, por lo tanto leeremos a Freud, y éste es el camino que indicamos, por ahora, para penetrar en el campo, cuyos límites y alcances impone la teoría psicoanalítica.

Por otra parte, no ignoramos que la obra de Lacan es también una obra psicoanalítica y que por lo tanto tendremos que leer, pero ya estamos hablando de un segundo ciclo, que no podrá comenzar en nuestra escuela hasta la finalización del primero y que tendrá que tener como característica, la lectura productiva de la obra de Lacan a la luz del descubrimiento freudiano.

Y si hemos aprendido bien lo que decimos haber aprendido, nadie se puede quedar sin psicoanálisis, es decir, ni los aspirantes, ni los didactas, ni los integrantes, ni los coordinadores, ni los pacientes, ni los psicoanalistas, y ni siquiera el personal administrativo, si en la escuela los hubiera, tiene excusas válidas para no psicoanalizarse. Y esto es por fin una ley.

Un integrante de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero cuando tiene que decidirse por un psicoanálisis terminable o interminable, sin dudar, porque en ello le va la posibilidad de ejercer como psicoanalista, debe elegir psicoanálisis interminable.

MIGUEL OSCAR MENASSA

sábado, 14 de marzo de 2009

Psicoanálisis y Poesía - 1990- Miguel Oscar Menassa

ACERCA DE LA ESCRITURA

Para la charla coloquio de esta tarde traigo apuntes con los cuales intentaré desarrollar los siguientes cuatro puntos:

a) La escritura como un trabajo y el poema como un efecto del trabajo realizado.

b) La diferencia radical entre la vida del escritor y su obra.

c) La escritura como algo que pertenecía a pequeñas élites: sólo los poderosos podían escribir.

d) La escritura es una lengua diferente a la lengua hablada.

Relacionando estos puntos, digamos para empezar que el que sabía hablar no sabía el idioma que hablaba, en tanto el idioma que hablaba se transmitía por intermedio de la escritura que, en realidad, era otra lengua de la que hablaba.

Siempre se le ha dado a la escritura, al escritor, al poeta, a la poesía, un lugar —si bien denostado y perseguido—, siempre privilegiado. Este planteamiento lo hago en tanto que pienso que la poesía es un trabajo. Ahora iremos a los instrumentos.

Para que la poesía sea un trabajo, tengo que tener instrumentos. Esos instrumentos son el sujeto que escribe o están en el sujeto que escribe. Es decir, cualquier sujeto parlante podría desarrollar el ser de la escritura.

Esta concepción choca con las ideas de inspiración, musas, élite, nobleza, dando lugar a una socialización de la escritura.

El capitalismo genera un proceso de socialización universal, es decir, la irrupción del capitalismo como modo de producción en nuestras civilizaciones produce como resultado un efecto humanizador, un efecto civilizador.

La socialización de la mercancía, la posibilidad de que la mercancía llegue a mercados infinitos, abre las compuertas y los medios para que también se pueda llegar a pensar en la socialización del lenguaje, en la socialización de la escritura.

Entre cualquier jefe de sección en cualquier fábrica más o menos moderna y un maestro de escuela hay quinientos años de diferencia en favor del jefe de sección de la fábrica. El objeto técnico en su proceso de socialización se adelantó al proceso de socialización de la cultura, de la escritura, de la lectura y, por lo tanto, éstas se atrasaron quinientos años.

Si pensamos cómo se produjo la máquina herramienta, veremos que fue la física la que la hizo posible. La física hace posible el capitalismo: sin la física, sin la máquina herramienta, sin la rueda sinfín, no podría haber habido producción en serie. Por lo tanto hubiese sido una ficción el proletariado o el capitalismo.

La física posibilita la fase de producción capitalista, pero es también la fase de producción capitalista la que genera nuevas opciones, como mínimo, de lectura de la realidad. La máquina infernal que nos somete es la que nos posibilita la puerta de una posible libertad. La Teoría del Valor y la Teoría del Inconsciente así lo atestiguan.

Para conversar, elegí tres poemas míos que tienen que ver con el arte poético. Los tres son diferentes y pertenecen a épocas distintas de mi escritura, y definen situaciones diversas de la creación.

Extensión Universitaria nº 20

martes, 3 de marzo de 2009