viernes, 17 de julio de 2009

Recital de poesía de la poeta argentina Norma Menassa. Domingo 19 de julio de 2009 a las 19 h

TENGO UNA CORAZONADA

Me encuentro aquí, miradme,

dando los últimos pasos hacia la salida,

vaga noción sin estatuto que podría aludir a la salida de la vida,

o a la salida de la sala

donde el azar imprime su relámpago inaudito

sobre la mano del que juega,

llevado en aras de una profética aventura.

Ayudadme,

vengo cruzando las ásperas planicies con hidalguía sostenida

dejando de lado los inviernos del ser,

y los incontables abandonos que doblegaron un destino de corona

e hicieron de mí un labriego nocturno rodeado de una ciudad sin premios.

Entre noche y espacio veo desfilar sonidos

que me hablan desde la capital del sueño,

con una voz un poco ronca anunciando el desafío de ser esta vez

una angustia indirecta que atrapa el corazón en un latido espeso.

Hay algo de enemigo en mi cabeza, pero encadeno lo amargo

y juego en el temblor el salto que nunca se equivoca,

que nunca se repite,

una estructura de alas que viene de mi alma a proponerse

como la alegoría del lingote de oro,

como un ejército de copas y medallas galopando en mi respiración

buscando derribar al personaje trágico que escapa por mi piel

convertida en alfombra hasta llegar al podio.

Miradme una vez más,

el ángel me toma entre sus brazos y algo del criminal me nutre

y en el vértigo que aleja los quebrantos,

hago rodar como barriles por el suelo,

a los fatigados boxeadores de la vida

mientras mi rostro es cruel y algo solemne.

NORMA MENASSA
Argentina, 1938

martes, 7 de julio de 2009

INTENTO AUTOBIOGRÁFICO NÚMERO SETENTA Y NUEVE

Ella, Diana había cometido un error. Desde el día que había comenzado su psicoanálisis didáctico obligatorio, por consejo de don Miguel, con el doctor Si, no hubo un solo día que Diana no hablara a Catín de lo maravilloso que era el doctor Si. Diana después aprendería con don Cristóbal que el padre es sólo la palabra de la madre.
Catín escapó.
Y desnuda aquella vez ¿recuerdan? sentada en el mostrador del bar gritando: Yo quiero que venga el doctor de mi amiga Diana. El doctor que te enseña a hablar.

Recital de poesia de Norma Menassa en el Colegio Mayor Argentino "Nuestra Señora de Luján" el 19 de julio de 2009 a las 19h


LA CASA, MI MORADA
Y fui atravesada por los corredores del deseo,
y dejé que los frutos del sudor fuesen la esencia del destino.
Tuve cómplices secretos,
yo y mi alma caminando en la experiencia de la luz del día,
o en el abismo de las noches.
Mi boca probó de lo dulce y de lo ácido,
pero apenas probó el sabor de la gloria fugaz.
Esa bengala abriéndose en festejos,
colores agotados de tanta luz cedida.
La gravedad me tironeaba
y a veces perdía el equilibrio mirando las estrellas,
otras veces gritaba porque el dolor no adquiría su estatuto,
o no entendía que la rosa tiene su vanidad herida por la espina.
La belleza primero fue una estatua,
jugaba a las niñas todo el tiempo,
hasta que fui una iluminada habitando desiertos, soledades,
pidiendo a los extraños el calor de los cuerpos,
mirando esa mirada sin respuesta,
ese agujero por el que intentaba fundirme con el otro.
Del camino os diré,
no me siguió ninguno,
cada uno iba a su aire buscando algún signo,
algún punto,
alguna vertiente natural,
algún otro sendero para ensanchar su paso.
Más bien estacionaba en los umbrales
porque encontraba en ellos el resguardo del viento,
y el límite preciso de tener una casa,
una morada, a veces apremiada
por alguna violencia imaginada entregada al exilio,
un lugar de pasión, una canción cantada a media voz
entre los arco iris espectrales de las tardes.
NORMA MENASSA
Argentina, 1938
De "Pertenezco"