lunes, 28 de marzo de 2011

Reflexiones de Fidel

Los zapaticos me aprietan
22 Marzo 2011

Mientras los reactores siniestrados despiden humo radiactivo en Japón, y aviones de monstruosa estampa y submarinos nucleares lanzan mortíferas cargas teledirigidas sobre Libia, un país norteafricano del Tercer Mundo con apenas seis millones de habitantes, Barack Obama le hacía a los chilenos un cuento parecido a los que yo escuchaba cuando tenía 4 años: “Los zapaticos me aprietan, las medias me dan calor; y el besito que me diste, lo llevo en el corazón”.


Algunos de sus oyentes quedaron pasmados en aquel “Centro Cultural” en Santiago de Chile.

Cuando el Presidente miró ansioso al público tras mencionar a la pérfida Cuba, esperando una explosión de aplausos, hubo un glacial silencio. A sus espaldas, ¡ah, dichosa casualidad!, entre las demás banderas latinoamericanas, estaba exactamente la de Cuba.


Si se volteaba un segundo sobre su hombro derecho habría visto, como una sombra, el símbolo de la Revolución en la Isla rebelde que su poderoso país quiso, pero no pudo destruir.

Cualquier persona sería, sin duda, extraordinariamente optimista si espera que los pueblos de Nuestra América aplaudan el 50 aniversario de la invasión mercenaria de Girón, 50 años de cruel bloqueo económico de un país hermano, 50 años de amenazas y atentados terroristas que costaron miles de vidas, 50 años de proyectos de asesinato de los líderes del histórico proceso.

Me sentí aludido en sus palabras.

Presté, efectivamente, mis servicios a la Revolución durante mucho tiempo, pero nunca eludí riesgos ni violé principios constitucionales, ideológicos o éticos; lamento no haber dispuesto de más salud para seguir sirviéndola.

Renuncié sin vacilación a todos mis cargos estatales y políticos, incluso al de Primer Secretario del Partido, cuando enfermé y nunca intenté ejercerlos después de la Proclama del 31 de julio de 2006, ni cuando recuperé parcialmente mi salud más de un año después, aunque todos continuaban titulándome afectuosamente de esa forma.


Pero sigo y seguiré siendo como prometí: un soldado de las ideas, mientras pueda pensar o respirar.

Cuando a Obama lo interrogaron sobre el golpe de Estado contra el heroico presidente Salvador Allende, promovido como otros muchos por Estados Unidos, y la misteriosa muerte de Eduardo Frei Montalva, asesinado por agentes de la DINA, una creación del Gobierno norteamericano, perdió su presencia de ánimo y comenzó a tartamudear.

Fue certero, sin duda, el comentario de la televisión de Chile al final de su discurso, cuando expresó que Obama ya no tenía nada que ofrecer al hemisferio.

Yo, por mi parte, no quiero dar la impresión de que experimento odio a su persona, y mucho menos hacia el pueblo de Estados Unidos, al que reconozco el aporte de muchos de sus hijos a la cultura y a la ciencia.


Obama tiene ahora por delante un viaje a El Salvador mañana martes. Allí tendrá que inventar bastante, porque en esa hermana nación centroamericana, las armas y los entrenadores que recibió de los gobiernos de su país, derramaron mucha sangre.


Le deseo buen viaje y un poco más de sensatez.


Fidel Castro Ruz Marzo 21 de 2011



domingo, 13 de marzo de 2011

PSICOANÁLISIS EN LA CULTURA


Málaga 11 de Marzo de 2011

Por Helena Trujillo

La crónica de la charla-coloquio de la tarde del viernes 11 de marzo en Ámbito Cultural de Málaga puede resumirse en esta frase: “Un coloquio que hizo un bien a la cultura”. Nos encontramos ante un auditorio muy concurrido, a pesar de la tarde lluviosa, deseoso de encontrarse con los binomios Psicoanálisis-Cultura, Menassa-Trujillo. Contamos entre el público con la presencia del propio Delegado de Cultura de la capital malagueña. El discurso de los ponentes se fue produciendo alrededor de a una conversación-entrevista, donde aprovechando la presencia del Director de la Escuela Grupo Cero y poeta Dr. Miguel Oscar Menassa, Helena Trujillo trazó una serie de cuestionamientos en torno al papel que la disciplina psicoanalítica juega y debería jugar en la cultura contemporánea.

Cuando hablamos de cultura muchos piensan exclusivamente en tendencias artísticas, literatura, artes escénicas, cine… pero olvidan que cultura es educación, cultura es salud, cultura es un modo de hacer política. En el discurso no podíamos dejar atrás la situación que viven las sociedades modernas, no sólo la crisis económica y financiera, sino como destacaba el propio Dr. Menassa la fundamental crisis de valores y confianza de nuestra sociedad, crisis que se cimenta en la falta de inversión en salud y educación por parte de los Estados. Cultura no es entretenimiento como observador, cultura es participación activa en la creación, es pintar, es escribir, es hacer cine. Los Estados y las Instituciones se olvidan o se quieren olvidar de promover entre los ciudadanos un movimiento hacia la producción cultural, se limitan a educarnos en “se mira, pero no se toca”.

La decadencia social no está en que se vendan más o menos pisos, en que el mercado de valores cotice o no a la baja. La decadencia está en que los ciudadanos vivan alejados de lo que es la propia vida humana: la capacidad de sublimar. Poder convertir la energía psíquica en un producto social generador de transformación personal y satisfacción. La decadencia es demonizar el concepto de trabajo que ya Freud anunciaba como camino a la felicidad. La cultura no puede ser cosa de élites, debe estar al alcance de cualquier ciudadano, porque en el camino de la cultura está la salud, la prevención de enfermedades, el trato digno a los pacientes, educadores que dejen crecer a los jóvenes, una sociedad donde se vuelva a tener confianza en las instituciones.

www.grupocero.org

www.miguelmenassa.com

www.htpsicoanalisis.com

Vídeo de la charla:

http://apps.attainresponse.com/MediaF5/mediaplayer.swf?height=430&width=480&file=rtmp://fmedia.attainresponse.com/video&image=http://apps.attainresponse.com/tmb_wm/grupocero@comf5-com/1299874206129.jpg&id=grupocero@comf5-com/1299874206129&autostart=false&shownavigation=true&repeat=false