lunes, 29 de marzo de 2010

EL CANDIDATO Y LA VACA INTELECTUAL

A veces para los escritores, poetas, científicos, economistas, etc. la candidatura al Nobel vale más que el premio. No digo esto para disminuir el prestigio del mismo, sino para explicar las ocasiones en que entre tantos candidatos de la alta esfera intelectual del universo, todos quedan para atrás, mientras un desconocido escritor tercermundista aparece como el ganador del trofeo literario más codiciado del mundo. Hay miles de explicaciones, mucho más concluyentes que el reducido número de ganadores del Nobel desde que ha sido instituido el famoso galardón en 1885. Y por esas sinrazones, entre Sartre y Camus el comité del Nobel optó por el segundo, en su tiempo. Y el año pasado una desconocida escritora rumana llamada Herta Müller, ha ganado para Alemania (su patria emocional) el Premio, que debería haber sido otorgado al escritor brasileño Frei Betto, mucho más internacionalmente conocido y apreciado.

Algunas veces el Premio Nobel llegó a reconocer la literatura en la América Latina, y fue bien recibido cuando se lo otorgaron a Gabriela Mistral (1945) y a Pablo Neruda (1971), ambos de Chile; a Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1967), a Gabriel García Márquez (Colombia, 1982) y a Octavio Paz (México, 1990). Los argentinos han siempre propuesto a Jorge Luis Borges para el Nobel y muchos se quejaron de que no lo obtuvo nunca. Borges murió en 1986. Era un literato e intelectual puro, trataba de temas literarios, filosóficos o sobre el azar de la vida. Su estilo era moderno, un poco realista mágico. Sin embargo, toda inteligencia y dedicación literaria no le alcanzaron para entender una política humanística que fuera también humanitaria. Cometió el pecado de apoyar a la dictadura chilena, haciendo elogios al General Pinochet, en su momento más opresivo. No mereció el Premio, porque éste, según su creador Alfred Bernhard Nobel, es para ser otorgado “a las personas cuyo trabajo contribuyera al mayor beneficio a la humanidad”. Y sabemos que apoyar a una dictadura militar no contribuye a ningún beneficio para la humanidad.

Este año hace falta reconocer que la América Latina ha servido de cuna a grandes escritores y poetas humanitarios. Miguel Oscar Menassa nació en Argentina (1940), pero como él mismo dice, podría haber nacido en cualquier otra parte del mundo, aun siendo “de madre nieta y bisnieta de araucanos, Lautaro entre otros, y de padre árabe descendiente directo del inventor de la palabra amor entre los árabes.” Realmente es MOM de ilustre linaje. De las raíces de los araucanos y su dulce hablar mapuche ha heredado la valiente postura de resistente al dominio militar impuesto por el nuevo imperialismo. De los árabes ha heredado toda la cultura literaria liderada a su tiempo por la poesía amorosa de Abu-J- Atahiya y Abu Nuwas y el estilo casi picaresco de Hariri del siglo XI, así como la imaginación árabe que ha compuesto Las mil y una noches. De hecho, MOM es un contador de historias en versos, como lo dice en el poema “Basta de versitos, pibe”:

Con la pluma insensata
de las habladurías
yo contaré la historia:
Será en verso, amañada,
torpe en la encrucijada,
de tener que asegurar algo.
(Monólogo entre la vaca v el moribundo*, p. 11)

MOM vive en España desde 1976. Ya es ciudadano de España y del Mundo, como lo sabemos. A los escritores españoles ya han otorgado el Nobel varias veces: a José Echegaray (1904), a Jacinto Benavente (1922), a Juan Ramón Jiménez (1956), a Vicente Aleixandre (1977) y a Camilo José Cela (1989). Desde hace 20 años, no le toca a un español el Premio Nobel y ya es tiempo de premiar otra vez un escritor del idioma de Cervantes. Cuando lanzó el libro Monólogo entre la vaca y el moribundo, Miguel Oscar Menassa ya estaba listo para recibir el Nobel: “El amor puede transformarse en confort y el premio Nobel estar esperándonos, a la vuelta de cualquier esquina”, dijo.

El poeta vive de palabras, no sólo de sueños. Los sueños son para los demás, los que se acuestan en el sofá del psicoanalista. La vaca, la mujer, las otras mujeres, las putas, toda la humanidad con soldados y sus guerras, dependen de las palabras para existir, como anunciaba Sartre. Para Miguel Oscar Menassa, la guerra de las Malvinas es una historia de la cual nadie se salva de culpa. Los ingleses “lo destruyen todo para que nadie pueda aprovecharse de lo construido hasta el momento. ¿Qué otra cosa es la guerra?” (p. 90). Son sucesos que dependen de la palabra para explicarlos, y aun así, quedan cortos en explicaciones. El personaje Vaca (o el otro ego) del libro de Miguel Oscar Menassa declara: “Sólo por saber que, en la realidad, no se puede ser, es que a un ser no le interesa nada.” Estaría plagiando, analizando o dis-construyendo el “ser o no ser” de Shakespeare? Yo me atengo a lo que dijo antes, al principio del libro:

La vida que el poeta oponía rabiosamente a las ciencias, eran palabras, y no vanas palabras al viento, juguetes de las olas, sino una vida tan material como las ciencias, porque la vida era para el poeta sus palabras escritas.” (p.16)

Cuando al premio Nobel, ya se lo estaba predestinando hace casi diez años en cada “encrucijada / de tener que asegurar algo” (p.11) en sus versos de “pibe” porteño:

Yo lo sabía, habría tocarme algo pequeño:
Antes de gozar había que ayudarle a crecer.
Tenía que dar la vida antes de poseerla.
(p. 12)

La vaca, con sus cuatro patas arriba es la vida, la conciencia, la razón incomprensible de la realidad, la espera del Nobel el futuro:

El Nobel, quién sabe, mas no hago ningún esfuerzo porque escapar es imposible y mientras tanto, tejo una red de versos incalculables. (p. 48)

La vaca resulta ser una de esas cosas, que “El bastón, las monedas, el llavero, la cerradura, los naipes, el tablero, el libro y el inútil espejo” eran para el otro poeta y escritor argentino, El Ciego, que esperó, pero nunca alcanzó el Nobel. No creo que MOM lo espere tan duramente. En ese libro ya un tanto sobrepasado por otros versos y otros pensares, él dice en un verso de amor finalista: Nada tomé, nada te debo, no puedo ni amarte.” (p. 14)

* Menassa, Miguel Oscar: Monólogo entre la vaca el moribundo. Editorial Grupo Cero. Madrid, España, 2001.

Teresinka Pereira
e-mail: tpereira@buckeye-express.com
WEBSITE: http://www.international-writers-association.com/

sábado, 27 de marzo de 2010


Auditorio Municipal de Camarma de Esteruelas
Edificio Multifuncional. c/Daganzo, 2
Entrada por lateral (Calle Soledad)

viernes, 26 de marzo de 2010

Vivir en España, ser español, últimamente, me da un poco de vergüenza

La Justicia tiene ideología política (partidista).

La Cultura está toda comprada.

La Educación genera un algo porcentaje de la drogodependencia juvenir y todos casos de fracaso escolar.

La Iglesia está corrupta, quiero decir pervertida.

La economía está en crisis.

Y los políticos en general son enfermos del alma.

El espectáculo de los toros es bueno y forma parte de la historia de España
y Garzón es malo porque quiso investigar a Franco.

Algunos políticos dicen no poder apoyar la candidatura, otros políticos la apoyan. Está claro que los políticos no pueden ponerse de acuerdo en qué cosa es la política.
Muy malo para los ciudadanos.

lunes, 15 de marzo de 2010

BUENOS AIRES, LA REINA DE PLATA, ADIÓS


24 de junio de 1977, Madrid,
Fiesta de San Juan

Para saber de pequeño y de loco
olía los olores buscando aquel olor.
Serpiente adolescente recupero tu piel,
para ser tan sólo contra el tiempo mi tiempo.

Hurtaba de las noches sueños y flores negras.
Opacas madres reventando sus sexos
entre la algarabía y los colores
de la palabra puta.

Ella era el otoño.
Sus frutos secos su color marrón,
su frío entrecortado por el sol
palabras del pasado.

Dormía bien
comía mi bocado de pan
y amaba de ella
los resplandores.
Su cuerpo contra mi cuerpo
todo lo primordial.
Sus humedades contra el dolor de la vigilia.

Recuerdo sus pechos en mi propio latir
redondos como toda la nieve
como la blanca nieve universal,
sus pechos
altas fragancias en mis ojos. Olor de los olores.
Busqué,
con toda la impiedad de la locura
tus pechos en la tierra.
Y en cada flor, y en cada hombre
y en cada letra de mis versos,
busqué,
tus ojos en la tierra.

Supe del tiempo de los despedazados pétalos
entre las manos.
Y fue imposible ser.
Del viejo amor
del desenfado de mi cuerpo
sobre tu bajo vientre,
sólo me quedan en las manos,
astillas
encuentros con la muerte.

En mis pequeños oídos malheridos
el ronroneo de tu voz, la vociferación de tus encantos
entre mis piernas. Lenguas de fuego
tu voz, tu canto amable, tu nada misteriosa.

Y fui para saber, tu dios
el rey de tus aullidos
el omnipresente legislador de tus blasfemias.
Tu poeta inmortal.
La grieta en tu mirada, para siempre.

Bebedor insaciable, lleno de sed
pleno de rabia y de lujuria, bebí toda tu sangre,
tu embriagadora leche, bebí, todo el dolor.
Tus líquidos orgánicos,
tus carnes desgarradas con mis dientes
no bastaron.
Mi sed era insaciable.
Era una sed de tiempos, de palabras.

El sol que yo buscaba era otro sol
ni llamas, ni fulgores, ni roncas caricias sobre mi piel.
El sonido del sol, el estruendo del sonido del sol.
El nombre de tu cuerpo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Entrevista a: Miguel Oscar Menassa por Teresinka Pereira publicada en la revista Primacía de marzo 2010

PREMIO NOBEL DELITERATURA 2010 MIGUEL OSCAR MENASSA

ENTREVISTA:


-¿Te acuerdas cuándo empezaste a interesarte por las artes?


Mi madre, cuando yo era un niño pequeño, no me cantaba "nanas" me cantaba "tangos". Y mi padre, parahacerme dormir, me contaba cuentos árabes. Bajo esos influjos a los 6 años escribí mi primer verso.

En esa época, primer grado inferior, la maestra cuando un niño no se comportaba como ella lo deseaba, ella le pegaba con un puntero o regla de madera en los dedos. Recuerdo que un día ella me quiso pegar porque yo le tiré un papelito a otro niño y yo muy serio le dije: "Mire señorita, no me pegue en los deditos que quiero ser escritor". La maestra anonadada no me pegó y ahí comenzó mi carrera como escritor.




-¿Cómo fue la aceptación en Buenos Aires de Pequeña Historia?

Yo publiqué el libro, se habían vendido cincuenta, sesenta ejemplares. Pero hubo una mujer, que no me puedo acordar ni su rostro ni su nombre, que me dijo "¿Tienes muchos libros?" "Me quedan cuatrocientos cincuenta" "Dámelos" "No, todos no". Le di cuatrocientos. "¿Qué vas a hacer?" "Te los voy a vender". Se fue a su pueblo, volvió y me trajo el dinero de los cuatrocientos libros.


-Pequeña historia es un título muy original y ya te presenta como un jugador

del arte extraordinario ¿Cómo explicas que un libro de poemas lleve ese título?

Muy sencillo, yo en esa época ya tenía veinte años, es decir, ya había leído a Freud (mínimo La interpretación de los sueños, Psicología de las masas y análisis del yo). Había leído a Marx, había leído cuatro o cinco obras de Faulkner, sus paréntesis me encantaban y siempre me sugerían el inconsciente. Yo leía esos grandes hombres y me los imaginaba muy grandes. Leía a Sartre, me gustaba la vida que hacía. Esas eran grandes vidas para mí, grandes historias.

Yo tenía veinte años, Pequeña historia quiere decir que mi vida era pequeña y Pequeña historia me parecía agrandar mi vida, porque ya era una historia no una pequeña vida, era una pequeña historia.


-¿Cuando fundaste el Grupo Cero con cuántos miembros contabas?

Con ninguno, yo escribí el Manifiesto y después conversación a conversación conseguí que los siete que estudiábamos psicoanálisis y medicina firmaran. En el grupo había como quinientos. No sé si el Grupo Cero llegó después a tener el esplendor que tenía cuando yo redacté y firmé el Manifiesto. Movimiento es una palabra que se introduce 10-15 años después. Era un movimiento pero nosotros nos conformábamos, de manera egoísta, con ser el Grupo Cero.


-¿Cuál era el objetivo del Grupo?

Está en el Primer Manifiesto, buscar una posible articulación entre ciencia y poesía. Si ustedes se fijan en el Manifiesto, hay cuatro o cinco conceptos freudianos fundamentales para la práctica psicoanalítica y se recomiendan los poetas: Breton, Neruda, Pavese, Vallejo, Maiacovsky, Esenín, Tuñón y los escritores: Faulkner, Sartre, Joyce, Miller, Arlt. Los fundamentos eran la teoría del inconsciente y la teoría del valor.

El objetivo del grupo era difundir la cultura allí donde los estados y los medios de difusión no difunden la cultura.


  

-¿Por qué se trasladaron a España?

Por la necesidad del psicoanálisis, en realidad nos mandó el psicoanálisis. Era urgente que España tuviera psicoanalistas, tuviera psicoanálisis, porque era representante de trescientos cincuenta millones de hispano-parlantes, que ya habían olido el psicoanálisis y España ni lo había olido. Hace treinta y cuatro años que estamos trabajando en España, precisamente para difundir el psicoanálisis entre la población.

Yo le llamo exilio voluntario pero en realidad no fue tan voluntario. Vinieron los más jóvenes, entre ellos mi mujer Olga, y me dijeron que me tenía que ir. Yo siempre obedecí. Los jóvenes se asustaron más que yo, pero yo algo asustado estaba, fue mejor cambiar de país.

Las propuestas eran las siguientes: Estados Unidos, que se hablaba en inglés, todo pago; Israel, que me hacían rico, casa, comida... pero había que aprender hebreo. Entonces nos trasladamos a España por dos motivos: porque España necesitaba psicoanálisis y porque, de las ofertas que me hicieron, la que más me gustó era España que me la tenía que arreglar solo pero se hablaba el mismo idioma.


-¿Cómo fue la vida del grupo al principio en el 76?

Un infierno, no porque la gente nos corrigiera o nos maltratara de más sino porque, a mí, me parecía que en Madrid se hablaba el peor castellano del mundo. Yo llegué en agosto, en octubre ya tenía un grupo de estudio y en el mismo mes había dado un recital en la librería Antonio Machado.


-¿Algún día pensaste regresar a tu país?

Nunca me fui de mi país, estoy permanentemente en dos países. Estoy permanentemente tanto en uno como en otro, se dice mi nombre por las calles, hay enamoradas que como no encuentran tumba tiran una rosa al aire el día de los enamorados. Además el Grupo Cero Buenos Aires, que también dirijo, es uno de los grupos más importantes de psicoanálisis y poesía. Buenos Aires funda el Grupo Cero Brasil.


-En materia de arte, ciencia y educación, Grupo Cero ya ha probado de todo: Escuela de Poesía y Psicoanálisis, Pintura, Grupo Musical, Cine ¿qué le falta hacer?

Nos falta gobernar. Además, como sabemos que gobernar tendría que ser la construcción de un conocimiento, todos estos años han servido para construir un conocimiento. Ahora sólo nos falta gobernar.

Después ¿qué le falta hacer? Hay gente que tiene que aprender a escribir, entonces mantendría los talleres de poesía.


-¿Si consigues el Nobel cuál será tu primer paso?

La verdad, lo que me da ganas de contestar es que si me dan el Nobel, uno o dos días de descanso me voy a tomar. Sería un Nobel con piernas, si me dan el premio Nobel seguramente intensificaría eso de desparramar la cultura por el mundo posible. Me dedicaría a difundir la cultura con mayor autoridad que ahora y con un poco más de dinero.

Teresinka Pereira

viernes, 12 de marzo de 2010

CARTA A MI PATRIA



Todo está bien y todo está mal
y no diré, como se decía antaño:
un fuerte viento ha destruido nuestra razón
y no diré:
fuertes borrascas,
se han llevado en su seno nevado el último amor.

Una tierra se descompone en el rumor alado de mi canto,
en el rumor de una tempestad sin fin,
un huracán que más que anunciar el porvenir
nos recuerda despiadadamente el pasado.

Entre las palabras que deshollo vivas,
están las de tu piel.
Fragancia de limón entre los higos,
pequeña fragancia de amor entre las enredaderas.
Tajo de miel, tu sexo, abierto,
verde y natural.

Te enfrento en el fondo de tu mirada vacía
-obrera sarcástica de los pastos-
abro tu piel
y sobre alguna herida sangrante de tu rostro
una vía rápida y segura, entre tus venas
dejo caer mis palabras, veneno mortal,
gritos desmedidos sobre tu carne.

Soy un hombre que morirá casi seguro en sus andanzas.
Amante de los perfumes, la mujer, siempre me sobrecoge.
Un día cualquiera como me pasaba de muchacho,
escribiré un poema, encenderé la luz.
Soles, estrellas fugaces y soles majestuosos,
para que tu piel salte en pedazos.
Pradera verde y natural,
pradera infinita.
Ojo descuartizado de américa-latina,
pastos helados en plena primavera,
bajo el sol, exactamente, bajo el sol,
todos muertos.
Esfera de cristal,
banderita azul y blanca de mi pequeña patria muerta,
sobre mi ojos, en pedazos de sol, tu cuerpo resucita.

Miguel Oscar Menassa
De "El amor existe y la libertad", 1984

miércoles, 10 de marzo de 2010

De "22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos". Miguel Oscar Menassa

A NORMA

ELLA DEL LLANTO Y MI PADRE

Ella lloraba siempre a medianoche
ocultándose entre las ramas oscuras
que se desprendían a veces
del último momento de la casa.

Detrás de mi padre
-que se levanta
en otoño temprano
para secar el agua del llanto
o beberse del cielo
el primer aliento de la mañana-
ella lloraba siempre de la misma manera.

Pero algunos días afortunados
-recuerdo en primavera-
encontraba monedas en su llanto,
corría para tenderse en el aire
y amar desesperadamente.

Cuando mi padre se levantaba
incapaz a la hora del llanto
ella, que sabía mirar alegremente
bailaba un amor a su alrededor
diciéndole mentiras.

sábado, 6 de marzo de 2010

140.000 escuchas on-line




Una audición de apoyo a la candidatura de Miguel Oscar Menassa

al Premio Nobel de Literatura 2010

tuvo 140.000 escuchas on-line


PARECE MENTIRA PERO ES VERDAD