14 de enero de 1978, Madrid
Los días transcurren unos tras otros como siempre.
La vida pasa.
Me cuesta escribir esta carta, que he comenzado a escribirte hace unos días.
En realidad me siento interrumpido
una llamada telefónica
una carta tuya, donde haces las preguntas sobre el nuevo orden,
interrumpieron mi escritura.
Interrupción que quiere decir que nunca más,
podré decirte aquello que comencé a decirte el 7-8 de enero.
Me preguntas acerca de la posición de la Topología y su importancia
en el proyecto Cero, y sabiendo que la respuesta no se trata de lo mismo,
contesto:
a) El prestigio lo tiene quien se lo gana,
lo que no quiere decir que nos interese especialmente el prestigio.
b) El encuentro con la verdad hizo incierto todo discurso.
c) Vivir 200 años es más fácil que ser inmortales. Preferimos vivir 200 años, y todo por elegir lo más fácil.
d) La topología y el sexo tienen algo que ver con nuestro movimiento
y teniendo en cuenta que hoy el sexo no corre más,
pienso que para sobrevivir,
la topología
deberá desprenderse de sus trabas sexuales.
e) Lacan no va más.
f) La topología y la lingüística estructural me parecen los mejores y a la vez,
los únicos instrumentos de la escuela lacaniana de París, o de donde sea,
tener una simple noción de ellas, bastaría.
g) Sabemos que Lacan es un filósofo,
no vemos entonces
por qué combatirlo a él,
precisamente con topología,
un instrumento para filosofar.
Sería conveniente saber que únicamente una ciencia, podrá dar cuenta no sólo de la ideología sino también de la filosofía.
Esa ciencia no existe.
Existen los pormenores de un hallazgo,
los destellos de un grupo de hombres jóvenes,
frente al ser de la creación.
Existen algunas nociones,
quiero decir un campo fértil,
y como todo campo fértil no basta abusar de él para que rinda más.
Darnos nuestro tiempo sería conveniente.
h) No quiero olvidarme que hablábamos de la topología y su importancia,
bien, lo digo,
de capital importancia,
fue para nosotros oscuridad y luz,
emblema por emblema,
arte por arte,
y como todos sabemos,
perdió la lingüística.
Lacan entre tanto da su último seminario “tiempo de concluir”,
después me imagino que sobre la carroña advendrán los buitres.
No quiero ser buitre de ninguna carroña.
Soy un pájaro que vuela por volar,
no padezco de hambre.
En tanto voy volando,
miro el mundo y veo,
porque de ver se trata,
que todo el mundo occidental, todo él, y nosotros en él,
está sumergido aún,
en el diluvio universal cristiano,
ya que dos ejemplares de cada animal son suficiente para todo.
Rompamos con el misterio cristiano,
seamos un grupo.
Que todo valga,
tengamos en cuenta que las puntas se rompen antes,
no pongamos más a un hombre en la tonta encrucijada de tener que elegir.
Que todo sea.
La escritura sólo tiene una función,
desrealizar,
y lo que no se puede en un año se podrá en cien.
Del ser por ahora tenemos un bosquejo,
todavía nos faltan los colores.
Ser nos llevará como tú dices 20 maravillosos años,
para nuestra manera de vivir varias vidas.
Espero que seamos humanos,
por ahora un plan para vivir.
Del poder, me gustaría hablar dentro de 15 años.
Las noches transcurren,
como transcurren los días,
y ese transcurrir es maravilloso.
Entre el café y los humos recordamos tu nombre tu figura,
mis familiares murmuran por la casa la importancia de nuestra relación,
dejan caer de vez en cuando,
alguna imaginería del pasado,
siempre una sana emoción para el corazón.
Cuando suceden estas cosas,
estoy absolutamente seguro que entre nosotros no habrá enfermedades del corazón,
y me pregunto qué es lo que sostiene esta grave afrenta,
contra la medicina y su filosofía de sostén:
¿acaso la inmediatez de un gesto amoroso?
¿acaso la relatividad de una ciencia?
o peor aún
¿acaso la inteligencia de unos cuantos hombres?
Yo por mi parte,
soy un grupo,
deseo conversar con todos,
una larga conversación,
un hecho humano notable.
Un punto definitivo en la historia.
Eso sí,
sin apuros,
prefiero que no haya más acciones heroicas.
Los kamikazi
fueron en última instancia,
los primeros síntomas,
de la explosión atómica,
no hagamos tonterías.
Estar solos en el cumplimiento de una función,
tiene por lo tanto,
que resultarnos antiguo.
La soledad siempre es un intento,
para destruir mejor,
sin testigos,
sin voces humanas a nuestro alrededor.
Lujuria del despedazamiento hasta lo último,
y si se tratara de gozar,
del ejercicio ético,
diría que la soledad en cualquiera de sus modalidades,
es mala.
Genera envidia,
ansias de destruir lo que me ilusiona como completo,
y que siempre está fuera de mí,
en los otros.
Vivir así,
os lo aseguro,
es imposible.
Y yo querido,
ya he pagado mi boleto,
podría sacrificar mi nombre,
exijo mi viaje de placer.
Un viaje alrededor del mundo y sus historias,
sin ataduras,
sin preconceptos,
quiero decir,
una nueva visión.
En esa nueva visión tendrá que entrar, como mínimo,
todo aquello,
que sirvió como excusa a nuestra pasión los últimos 10 años.
Desde la poesía,
hasta la ciencia.
Desde la paz,
hasta la guerra,
desde los viejos textos de Freud y Marx,
hasta la fresca juventud,
de nuestros escritos.
Desde la poesía de nuestras mujeres,
hasta el más pequeño acto de nuestra vida cotidiana.
Para empezar diré que la ciencia es,
tan importante como cada uno de nosotros,
(y sé que comenzar de esta manera
puede llegar a ser una ambigüedad de mi retórica)
Que cada uno de nosotros es tan importante como el último dibujo.
Que a su vez es tan importante como las conversaciones
y que todo esto,
es tan importante como pintar,
y todo tan importante como la misma muerte,
y nuestras risas a veces tan importantes como todo.
Las cerámicas tan importantes como Gardel
y tan importante a su vez,
como cada hecho social de nuestros cuerpos contra nuestros cuerpos,
es decir,
toda la filosofía de nuestra vida pequeña,
tiene que quedar incluida en la nueva visión.
Nuestro cantor y sus canciones y complicados pensamientos de Einstein,
serán nuestro regocijo y nuestra calma.
La pintura,
ese pasaje necesario,
para un gran cine, que viva entre nosotros.
En cuanto a la poesía,
ella misma,
ya ha dado,
suficiente cuenta de su poder,
dejémosla nacer en paz.
El psicoanálisis,
y voy a decirlo aunque quede mal,
es para muchos de nosotros parte de nuestra vida,
un descubrimiento de nuestra juventud,
como el amor,
como la poesía,
y después me pregunto ¿qué otra cosa descubrimos de jóvenes?
Y nada más
y toda la pasión quedó ligada a estas palabras.
Después fuimos adultos,
a la pasión le fuimos agregando sabiduría,
la estúpida conciencia de saber
y nos llenamos,
la cabeza y el alma de palabras
y eso,
no estuvo mal,
pero privilegiar una palabra sobre otra es muy difícil, tan difícil
como concentrarse,
en estos tiempos,
en un solo punto.
Tan difícil,
como amar,
en estos tiempos,
a un solo dios.
Si alguien te pregunta como me va,
dile,
que me va bien,
que estoy contento,
que no me atrevo a decirlo en voz alta,
soy feliz.
Un tipo con la sangre siempre revuelta y feliz,
soy quiero decirte,
como una paradoja,
un hecho social evaluable,
el prototipo de una pasión,
del alma,
un emblema para cualquier locura,
una partícula de luz,
cuando miro,
me incluyo en la mirada.
Querido,
desearía no abrumarte,
mejor dicho,
desearía entretenerte con estos raros pensamientos acerca de nosotros,
desearía crearte un ardiente deseo.
Conversar,
conversar,
hasta desarreglarlo todo.
Construir una conversación que sirva a todos por igual
también a nosotros.
Algo así como una verdad de la verdad.
Una conversación al rojo vivo,
entre amigos.
Porque para repartirse el mundo,
se hacen necesarios,
ciertos menesteres:
Evaluar las fuerzas,
o bien,
acariciar el poder,
ser,
el gran solitario,
el único entre todos,
virgen y madre.
Amante de la inteligencia y la musculatura a flor de piel,
un poderoso dios cristiano,
ya que para llegar a él se debe morir,
quiero decir,
un gran solitario,
el gran masturbador.
Un gran maricón,
un indeciso crónico,
un pobre padre alterado por el poder.
En definitiva,
un padre holgazán,
que espera,
la muerte de su hijo en los cielos.
Quiero construir un padre que sepa cuales son nuestros derechos,
ya que la disciplina,
como sabemos,
viene sola.
Quiero construir un hijo que sepa cuales son nuestras obligaciones
ya que el amor,
como sabemos,
viene solo.
Nada de pinceladas grises a nuestro cielo,
quiero,
un febrero histórico,
caliente,
aquí en Europa,
un febrero del sur.
Debemos fabricar un No consistente.
Definitivo.
NO AL SUICIDIO
(todo suicida dentro del Grupo Cero será considerado,
como narciso,
que no pudo abrazarse a sus hermanos y murió.
Queda claro,
que ni antes ni después de muertos,
pertenecen al grupo)
NO A LA CARENCIA
(todo carente,
quiero decir cada uno de nosotros,
deberá poco a poco,
ir perdiendo la pretensión de ser felicitado públicamente,
con diploma de honor,
cada vez que fracasamos en una acción social,
quiero decir en una acción con el otro.
Aceptar ciertas limitaciones,
será una mutilación,
tal vez necesaria,
y de ninguna manera ningún triunfo jubiloso sobre nada.
Carecer no es malo,
pero tampoco bueno.
NO A LAS INSTITUCIONES,
de ningún tipo,
basta de hechos mediocres en nuestra vida.
El escalafón no corre más,
de golpe puede el que ayer no podía.
Dejemos poder a los que pueden,
el resto,
que haga crucigramas,
que manche con su sangre,
y con su carne humana,
el diccionario.
Que vaya tranquilamente reconociendo sus propios deseos,
que se entretenga conversando con dios,
hasta poder.
Un día,
te golpea un viento huracanado en la frente y eres el mejor,
y esto,
convengamos,
le puede ocurrir a cualquiera.
Ser los mejores,
por lo tanto,
no sirve para nada.
Seamos otra cosa.
MIGUEL OSCAR MENASSA
Del libro “Grupo Cero ese imposible y Psicoanálisis del líder”
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